¿Qué se puede decir de Don Omar, el cantante?Que parece que abandonó sus clases de canto. Que no pudo armonizar en su segunda voz al cantar con el salsero Bobby Cruz el merengue ‘Juan en la ciudad’ y el guaguancó ‘Sonido bestial’, en que Richie Ray tocó el piano. Y que desafinó en el segmento de baladas románticas, como ‘Vuelve’ y ‘Tú no sabes’, que cantó con una de las coristas.
Don, sin el extravagante “blin blin” y el callejero e intimidante flow de otros exponentes del género urbano, disimuló muy bien sus limitaciones vocales en números de un beat caliente y explosivo como ‘Conteo’ y ‘Ronka’, en los cuales Eliel se creció en la consola al tiempo en que las rutinas de baile de cuatro parejas balanceaban la escena de una producción provista de elementos teatrales y, sobre todo, de muchos efectos especiales y pirotecnia que puso a “perrear” a los presentes en un coliseo que Don Omar no abarrotó de arriba a abajo.
Fue una sinfonía de ruido y contradicciones. Por un lado sus palabras denotan una genuina preocupación por los males sociales que aquejan al País. Bien.
Pero, del otro, parte de sus canciones contradijeron el discurso que el reguetonero William Omar Landrón pronunció a través del espectáculo “Don Omar Sinfónico”, celebrado el viernes en el Coliseo José Miguel Agrelot.
No hubo libreto y si lo hubo, la producción desatinó al no alertar al artista que no era prudente justificar las aventuras amorosas en ‘Infieles’ mientras, por otro lado, advertía contra los estragos de la epidemia del sida antes de cantar ‘Angelito’.
Asimismo habló de la atención de los padres a los hijos mientras, inexplicablemente, invitó a “prender” antes de interpretar ‘Ojitos chiquititos’, una canción alusiva, implícitamente, a los efectos del uso de la marihuana.
Pero lo más desconcertante del concierto fue su estridente sonido. Fue obvio que no hubo una prueba de audio para balancear la mezcla de los instrumentos en la consola, restarle bajo y graves al profundo beat del reguetón y controlar el volumen de la batería, causas de que el trabajo realizado por Ángelo Torres en los arreglos sinfónicos de los éxitos de Don Omar pasara inadvertido.